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A 50 años de Stonewall, el beso como acto y reivindicación política

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COLUMNA- En el Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, Mariana Gómez fue condenada a un año de prisión (no efectiva) con costas, por besar a su esposa en la estación de subtes de Constitución de la ciudad de Buenos Aires en el año 2017.  En esa ocasión, Mariana y Rocío se encontraban en la estación cuando se acerca un oficial de la policía de la ciudad para decirle a Mariana que apagara su cigarrillo porque allí no podía fumar. Ante esta situación, y al ver que varias personas que se encontraban en el lugar también estaban fumando, se niega a apagarlo, a lo que el oficial intenta retirarla del lugar con violencia, tirándola al piso, sujetándola con fuerza negando el pedido de Mariana por una oficial femenina, coartando así sus derechos y violentando no sólo su integridad física, sino también su identidad como mujer y lesbiana. Además le exigían la libreta de matrimonio a Rocío para constatar de que fuera su esposa, algo que claramente no sucede con ningún matrimonio heterosexual.

A Mariana la violentaron y detuvieron por estar besando a su esposa públicamente y esto no es casualidad.  En ese mismo año, la ministra de seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, decretó un protocolo de detención para personas lgtbiq+, lo que significa no sólo estigmatizar aún más al colectivo de la diversidad y la disidencia, sino que constituye una legitimidad para las fuerzas policiales de actuar con persecución y más violencia hacia este colectivo.

Todos los 7 de marzo, se conmemora en Argentina el Día de la Visibilidad Lésbica, por la memoria de la Pepa Gaitán, quien fuera asesinada brutalmente por el padrastro de su novia en un  claro acto de odio hacia su identidad como lesbiana.  Esa visibilidad que muchas de nosotras elegimos vivir sabiendo las consecuencias que nos traen, es más que mostrar el amor que puede haber entre dos mujeres. Visibilizarnos como tortas y lesbianas, es visibilizar una realidad social, política y cultural que va en contra de un sistema heteropatriarcal. Y esa visibilidad, muchas veces significa que suframos todo tipo de violencias y hasta perder la vida.

Hace una semanas, en la entrega de los Martín Fierro, las actrices Carla Peterson y Nancy Dupláa, protagonizaron un momento de festejo con un beso que mucha gente pudo ver en la televisión.  Parte de la prensa y la sociedad hizo eco de ese hecho “reivindicando” la diversidad y lo “copado” de ver a dos mujeres dándose un beso públicamente. Entonces nos preguntamos: ¿realmente eso es visibilidad, o es una cuestión de privilegios?, ¿Qué pasa en la televisión y qué en la vida real? El que ellas pudieran besarse, con sus maridos al lado, con gente famosa, en televisión, muestra la desigualdad que hay a la hora de hablar de nuestras identidades.

Mientras eso pasaba, comenzaba el juicio contra Mariana. Mientras eso pasaba,  seguramente había tortas y lesbianas siendo blanco de burlas, insultos y golpes por estar besándose públicamente. Mientras eso pasaba, hay cientos de tortas y lesbianas que sufren en la clandestinidad.

El beso es más que una muestra de afecto, deseo o placer. El beso, como el orgullo, son una respuesta política a una sociedad que nos oprime y condena.

 

Por, Anabela Romagnoli (conocé su perfil haciendo click acá)

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1 comentario en «A 50 años de Stonewall, el beso como acto y reivindicación política»

  1. Primero aclaro que en el subte no se fuma. Y si queremos que esta sociedad cambie yenemos que colaborar todos y repetarnos. No porque el otro lo hace yo tambien.ese es el mal argentino. Por eso no camvia la sociedad. Y el otro punto es la condena y falta de derechos de la gente que no tienen dinero. En esta sociedad si tene plata podes abortar o ser lesbiana gay violador etc. Y si sos pobre fuite no tenes derecho a ser o a hacer nada.

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