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Bombardeo a la Casa Rosada: 62 años

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Un día como hoy, pero de 1955, el Ejército Argentino lanzaba bombas a los ciudadanos, generando tiempo después la renuncia de Perón a la Presidencia. El hecho dejó un saldo de más de 300 civiles muertos y el doble de heridos.

Perón había llegado al gobierno de la mano de los trabajadores, fruto de los derechos que les proveyó desde la Secretaría de Trabajo antes de ser Presidente. Con su mandato, que se extendió a dos periodos, la visión de incluir el sector obrero al mercado interno, generando así consumo y proyectando la industrialización del país, le dieron las bases al peronismo para insertar a la economía y otorgar derechos a una clase trabajadora que se convirtió en el pilar fundamental de sus políticas.

La oligarquía y los sectores conservadores y reaccionarios del país miraban con recelo esta inclusión, motivo por el cual se unieron para acabar con todo lo que había implicado este movimiento social que había llevado a Juan Domingo Perón a colocarse a la cabeza de la Nación. Con el odio visceral hacia el General que los caracterizaba, buscaron apoyo en las fuerzas armadas, que un jueves 16 de junio del año 1955 protagonizaron uno de los días más oscuros de la historia argentina.

Al mediodía, un grupo de 30 aviones de la Marina de Guerra y la Aeronáutica, llegaron al centro de la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de matar a Perón. Entre las bombas que cayeron cerca, la primera dejó un saldo de más de 40 niños que estaban en un tranvía, pequeños de primaria que se encontraban de excursión.

Apenas se enteraron de ello, los obreros peronistas que reconocieron peligraban todos los derechos que habían conseguido, se dispusieron a dar pelea. Perón trató de calmar la situación, pero los aviones siguieron bombardeando la Casa Rosada y los alrededores, dejando un saldo de más de 300 víctimas, y el doble de heridos, casi todos civiles indefensos que fueron alcanzados por el ataque.

Luego de ello, y con el correr de los días, el Presidente renunció. El evento pasó a la historia por haber sido uno de los ataques terroristas más grandes del país, donde el propio ejército atentó no sólo contra el Gobierno, sino contra el pueblo argentino.

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