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En el interior del interior, también llegó la crisis

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Las formas de consumo son siempre una buena evaluación para conocer la realidad en la cual estamos inmersos. Las crisis nunca se instalan de manera inmediata, sino que lo van haciendo de manera progresiva, y saber qué se compraba antes y qué se compra hoy en kioscos, comercios, despensas y supermercados ayuda a entender cómo se van profundizando las carencias.

En un relevamiento realizado por este medio ante distintos comerciantes de Calamuchita (departamento del interior de Córdoba), la gran mayoría coincidió en que la caída en el consumo no se dio inmediatamente luego de las primeras medidas económicas tomadas por el actual gobierno nacional, sino que fue por cuestiones precisas. En primera instancia sucedió que se cambió la elección del comprador, pasando de marcas de primera línea en los productos, a marcas secundarias o terciarias. Así, alguien que consumía por ejemplo una de las marcas de gaseosa más consumidas en el mundo de etiqueta roja y blanca de cola, pasó a tomar una de producción mucho menor, con valores casi a la mitad de la consumida anteriormente.

Otro ejemplo está en la caída de las ventas de carne o en el cambio radical de los cortes que más se vendían. Del asado de los domingos y la nalga para milanesas o bife dos o tres veces a la semana, se pasó a la carne molida para la salsa o alguna otra comida que genere menor presupuesto. Esto ocurrió tiempo atrás, pero era la antesala de lo que se venía.

Nuevamente, y como una foto de la crisis que se vive, el temporal de dos semanas de lluvias días atrás dejó al desnudo la más cruel de las realidades. Ya no sólo quienes viven de trabajos temporales, lo que comúnmente se llaman “changas”, tuvieron que hacerle frente a los altos costos de la canasta básica alimentaria, sino que un amplio sector de la población que no llega a los ingresos para superar la línea de pobreza hizo crecer las ventas en pan, fiambres, huevos y papa, por ejemplo. Los clásicos guisos, o las papas con huevos, el arroz blanco con salchichas (en la mejor de los casos), o el matecocido con pan para llenar el estómago, reflejan el estado actual en torno a la economía.

Otro de los datos que arrojó el relevamiento hace a la cantidad de veces que se come en una vivienda, dadas las compras. Ello describe que de las 4 injerencias de alimentos diarios que necesita una persona, se pasó a dos, suplantando el desayuno y la merienda por apenas unos mates.

Mientras, en la pantalla sólo vemos hablar del dólar y las explicaciones de un Presidente que optó por las mismas recetas de los noventa. En la calle la gente está comenzando a pasar hambre…y esta situación se volverá cada día más irreversible en tanto se continúe por un camino que no muestra una sola mejoría desde que se comenzó a transitar.

 

 

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