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La biblioteca con Víctor Hugo

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Si hablamos de literatura podemos mencionar miles de buenos autores a lo largo de la historia, pero hoy sólo nos referiremos a uno, y no por ello debemos pensar que es poco, ya que este autor es un hito en la literatura del siglo XIX: nos estamos refiriendo a Víctor Hugo. Escritor, poeta, estadista y activista de derechos humanos, que con 30 años ya había escrito novelas, poesías, obras.


Víctor Hugo nos legó una gran batería de escritos, que hasta el día de hoy siguen vigentes. Uno de ellos es el que nos trae hoy a colación a este autor y es la obra Los Miserables, que un 30 de junio de 1862 salió publicado el último capítulo. Llevada al cine, al teatro y a un sinnúmero de bibliotecas en el mundo, ésta es la obra más reconocida del autor.

Además debemos agregarle Notre Dame de París (1831) y la colección de poesía Les Contemplations (1856). Poeta comprometido contra Napoleón III en Los castigos (1853) y poeta épico en La leyenda de los siglos (1859 y 1877).

No solo se dedicó a las letras, sino que también incursionó en la política y en la defensa de los derechos humanos, en la defensa de los desvalidos. Crítico de la realidad social circundante, que detalló a pie juntilla en sus obras.

“Los miserables” es un fiel retrato de la miseria y la cobardía de una parte de la sociedad. Por otro lado muestra la redención y la revolución reinante en otro estrato de la sociedad francesa del momento. La diferencia de clases, la pobreza, la decidía, las clases dominantes y el proletariado forman esta increíble historia.

Exiliado durante veinte años, en lo que duró el segundo imperio francés, demuestra sus diferencias con un modelo de dirigencia aristocrática y encumbrada, en un marco social de miseria y hambre. Su compromiso político y social llevó a que sus obras tengan el sello característico de la controversia social, política y cultural.

Falleció a los 83 años de edad y la Tercera República de Francia honró su legado en un funeral de estado, en donde la concurrencia fue masiva. Sus restos fueron inhumados en el Panteón de París.

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