Si a los de antes se les llama corruptos, debería plantearse la sociedad cómo llamar a los actuales. Y es que los números no cierran en las declaraciones juradas de importantes figuras gubernamentales como las de Mauricio Macri y Carolina Stanley. La del Presidente de la Nación tiene una diferencia entre el comienzo y el final del año pasado (2016) de 27 millones de pesos menos, siendo la primera presentada ante la Oficina Anticorrupción y la segunda por obligatoriedad estatal. Así, los números marcan que pasó de tener $110.278.620,36 a 82.602.401,68 pesos.
El diario La Nueva Mañana destaca los siguientes datos:
“Compró bonos en dólares de la Argentina por casi $30 millones. Entre otros, bonos internacionales de Argentina, títulos discount, títulos del Gobierno nacional y títulos de la deuda pública de la provincia de Buenos Aires. Declara como origen del dinero la venta de activos.
Dejó de declarar las acciones de cinco empresas que habían sido valuadas en 2015 en $28 millones.
Compró acciones de YPF por $3.3 millones.
Adquirió un lote en Salta por $3 millones
Ya no figuran las deudas que tenían con el Presidente Nicolás Caputo ($22 millones) y Néstor Grindetti ($500.000).
Declaró, a su vez, una transferencia por acreditar por $26.9 millones, fondos cuyo origen fue la venta de activos”.
En tanto, Carolina Stanley, Ministra de Desarrollo Social de la Nación, aumentó su patrimonio entre 2015 y 2016 en 19 millones de pesos, creciendo un 345 por ciento en nada más que un año. ¿Su explicación ante las preguntas de la prensa? Que ese exponencial crecimiento de patrimonio que posee se debe a “una donación” que recibió de su padre. Usted saque sus propias conclusiones.
Fuente: La Nueva Mañana
