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Televisión basura

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La televisión de hoy está cada vez más contaminada con contenidos de baja calidad. Es notable la falta de contenido educativo, o por lo menos que nos haga pensar. Los programas de entretenimientos no nos ofrecen nada más que solo esparcimiento barato, con despliegues de capitalismo compulsivo que marcan el ritmo del consumismo salvaje de la sociedad que habitamos.

Denigrantes demostraciones del cuerpo femenino como una mercadería que está en exhibición para la venta a un público cada vez menos pensante y cada vez más manipulado por los sectores del poder que crean una sociedad poco informada.

Los noticieros nos dan una panzada de morbo amarillista que nos hacen temer hasta de nuestra sombra, que genera psicosis de inseguridad, violencia y sangre como otra forma de manipulación social. Muestras de realidades que no son tan reales, información manoseada y puesta al servicio de una sociedad que no indaga, que no se preocupa por saber si lo que están consumiendo es real o no.

Los programas de debate político, lo que menos hacen es debatir porque no dan lugar a otras ideologías sino solo la del canal en cuestión. Panelistas “habilitados” para hablar de política exponen sus pensamientos como si fuesen los más atinados, cuando en realidad no hacen otra cosa que defender solo su ideología sin aceptar que otras personas puedan pensar distinto.

La televisión no nos da opción a pensar, cuestionar, debatir; solo aceptar ciegamente lo que nos ofrece. Chimentos infundados ensucian el buen nombre de personalidades reconocidas sin darnos cuenta que nos están mintiendo, aceptando todo sin preguntarnos nada, dando por sentado que la televisión es una voz autorizada.

Si hay oferta es porque hay demanda, por lo que nosotros mismos somos los que creamos la televisión basura, desestimando los buenos contenidos que se proponen en canales alternativos y siempre eligiendo los grandes monopolios televisivos en manos capitalistas que generan mensajes subliminales a cada segundo.

Cuando prendamos la televisión hoy, pensemos qué vamos a ver, qué vamos a elegir para cultivar nuestras mentes, si la televisión basura de siempre o contenidos con menos audiencia pero de mayor calidad.

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