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Una mirada hacia la Revolución Rusa

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En el mes de octubre del corriente año se cumplen los primeros 100 años de uno de los hechos de la historia contemporánea más interesante y estudiada en todo el mundo: La Revolución Rusa. Por muchos criticada, por otros justificada, pero lo cierto es que fue un hito del siglo XX.


La revolución de Rusia se desarrolló desde febrero hasta octubre de 1917 pero tuvo su antesala desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914 con la intención de los partidos de izquierda de derrocar al régimen zarista, dando lugar a la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. El zar debió abdicar y se estableció un gobierno provisional compuesto por los diputados de la cuarta duma, que era el parlamento burgués.

Pero la pregunta es ¿por qué tomó el poder un gobierno burgués y no el proletariado que fueron los que llevaron adelante la revolución? Es muy interesante responder a esta pregunta ya que la postura de los bolcheviques (Partido Socialdemócrata) era que la revolución debía ser burguesa y no de los obreros, para así ser una revolución democrática.

Es en ese momento en donde se da una situación de poder dual: por un lado estaban los soviets, que eran comités de obreros y marinos agrupados en torno al pueblo y con el apoyo de él; y por otro lado estaba el gobierno provisional. La burguesía tenía el poder constitucional pero el apoyo del pueblo era para los soviets, además de tener el control de las armas y las milicias armadas.

Entonces, dentro del marco de esta dualidad los que tenían el verdadero poder eran los soviets; no el gobierno provisional. El soviet más importante fue el de Petrogrado y estaba comandado por León Trotsky y su primera proclama fue: “Las órdenes del gobierno provisional se llevarán a cabo, excepto las que van en contra de las órdenes del soviets”. Esto indica claramente quien tiene el poder real.

Las diferentes facciones de izquierda querían que el gobierno llevara adelante dos cuestiones: la paz y la reforma agraria, pero no eran lo suficientemente poderosos y no lo pudieron lograr. Esta situación llevó a una situación de gran tensión entre el pueblo y la burguesía.

Cuando Vladimir Lenin vuelve a Rusia luego de un largo periodo de exilio trae consigo sus tesis, en donde lo más importante a destacar son las siguientes afirmaciones: “Todo el poder a los soviets. Abajo el gobierno provisional. El pueblo debe levantarse en armas”.

Esto trajo más agitación hasta que en octubre se desata otra gran revolución donde los soviets derrocan al gobierno burgués y toman el poder con los bolcheviques a la cabeza. Así se firma el Tratado de Brest-Litovsk, en donde la República Socialista Federativa Soviética de Rusia sale de la guerra. Luego se redacta la reforma agraria en donde las tierras se reparten entre los campesinos, quitando a los terratenientes las grandes extensiones de terreno. Además se crea la Checa, organismo represivo para castigar a todo aquel que esté en contra del régimen.

Luego de instaurado el nuevo gobierno de izquierda se desata una guerra civil entre el ejército rojo de los bolcheviques y el ejército blanco de los anti bolcheviques. Esto lleva a que el pueblo apoye al ejército rojo a costa del saqueo de su producción agraria y sus pertenencias, pero lo hacían porque era conveniente antes de que les quiten sus tierras nuevamente. Con el apoyo del pueblo los bolcheviques ganaron la pulseada y llevó a la creación de La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922.

Pero luego de la guerra civil y el Comunismo de Guerra, la URRS quedó devastada económicamente por lo que tuvo que implementar Nuevas Políticas Económicas (NEP), desde 1921 hasta 1929. La situación era muy grave y provocó muchos levantamientos. La guarnición de la fortaleza de Kronstadt (Báltico), una de las más leales al gobierno revolucionario, se amotinó en marzo de 1921, descontenta con la situación económica y política imperante. Aunque los bolcheviques pudieron sofocar la situación fue un llamado de atención para mejorar la situación económica del país.

En palabras de Lenin, la NEP constituía un sistema transitorio y mixto, un “obligado paso atrás” en el que la economía permanecería bajo la dirección y planificación del Estado, aunque secundada por la iniciativa privada.
Era el restablecimiento de un capitalismo limitado y controlado cuyo objetivo era reconstruir la maltrecha producción.

Este evento tan convulsionado del siglo pasado no terminó hasta 1991 cuando la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se disolvió con la caída del comunismo que gobernó durante casi un siglo.

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