Uno ocurrió en un boliche en Córdoba Capital, donde a raíz de un hecho violento hacia una pareja gay, se generó polémica. El otro fue en una pizzería de Buenos Aires, de la cual echaron a dos chicos y los golpearon por homosexuales.
Son justamente por estos casos, que cada tanto se suceden a lo largo y a lo ancho del país, que es necesario seguir profundizando las batallas culturales que lograron ganarse en ciertos aspectos, pero que aún queda mucho camino por recorrer si se quiere empezar a hablar de igualdad.
El primer hecho sucedió el pasado fin de semana en Porto Club, un boliche bailable muy reconocido de la Ciudad de Córdoba. Tal parece que patovicas expulsaron del lugar a una pareja de chicos, y ante la situación, un tercero reaccionó pidiendo explicaciones, solidarizándose con lo que estaba sucediendo. Éste fue violentamente golpeado, hecho que denunció en la comisaría pero que además viralizó en las redes sociales. El conflicto no tardó en estallar y tanto en las cuentas de Facebook como de Instagram de Porto Club, cientos y cientos de personas se manifestaron en repudio al accionar de la seguridad privada del lugar. Desde el boliche, justificaron la cuestión comunicando que la pareja gay estaba teniendo acciones “inapropiadas” y que al tercero lo echaron por violentarse contra los patovicas.
El segundo hecho se dio el domingo en una pizzería de Palermo, uno de los barrios con mayor poder adquisitivo de Buenos Aires. Dos chicos, que son novios, se sentaron a cenar en Accademia della Pizza, cuando dos mozos y un lavacopas los echaron del local. “Todo bien que entre ustedes se chupen la pija pero acá no vengan a romper las pelotas”, le habría dicho uno de ellos a Tomás Rodríguez y Joaquín Guevara, cita el diario Clarín. Pero ello no fue suficiente, sino que los corrieron una cuadra y media y los golpearon mientras los seguían insultando, radicando momentos después la denuncia. El suceso también se hizo viral y los comentarios en la página de la pizzería son en completa defensa de la pareja.
Hechos como estos demuestran que muchos no aceptan la diversidad sexual, y el odio de muchos hacia una comunidad que siempre existió, pero que empezó a ganar derechos en nuestro país hace no mucho. Y que a pesar de que retrógrados quedan, la sociedad también avanza cuando defiende los derechos conquistados, como lo hicieron masivamente en las redes sociales.