Los hombres fuertes, decididos y comprometidos que tuvo nuestra historia, pasaron a la eternidad por actos de valentía política e intelectual, a jóvenes años.
San Martín en 1812, con solo 34 años, era nombrado comandante del escuadrón de Granaderos a Caballo, con la tarea de crear un cuerpo idóneo, donde la preparación consistió en una enseñanza prolija y exigente. A los 36 años -1814- fue nombrado Gobernador Intendente de Cuyo. A los 38 años, en 1816, como General en Jefe del Ejército de los Andes, cargo con el que meses después llevaría a cabo la hazaña por la que mas se lo recuerda.
El mismo Manuel Belgrano defendió Buenos Aires de las invasiones inglesas a los 36 y 37 años. Su participación activa en la revolución de mayo, con 39 años, cumpliendo los 40 a pocos días de aquel recordado 25. Y nosotros, los radicales, seguro recordamos a los actos de defensa y la creación misma del radicalismo por un Leandro Niceforo Alem, con menos de 40 años. Un Hipólito Yrigoyen, que a los 26 fue elegido Diputado por la provincia de Buenos Aires. Su participación activa en las distintas revoluciones que demuestran que apenas pasados los 20 años, Don Hipólito empezó a dejar mucho por su país a sus jóvenes años, luchando por lograr un sistema democrático que terminara con el régimen. Dejó su juventud y todo su vigor por el sistema que añoraba y que lo llevara a ser el primer Presidente elegido por el voto popular, aunque fuera recién a los 64 años.
Con estos antecedentes, que no se pueden comparar por la época ni por la calidad y esperanza de vida de aquellos años, dos siglos atrás, pero sí nos puede dejar en claro que los jóvenes pueden, siempre han podido.
Hay una generación sub 40 en la actualidad, en muchos casos destacada a nivel nacional, en otros mas cercanos y también destacados a nivel provincial y regional que viene ganando espacio. No hay impedimento histórico, legal, ni de ningún tipo, para que la nueva generación que se empezó a formar profesionalmente en el nuevo milenio, ocupe lugares destacados e importantes para el futuro de Córdoba y el país. Algunos anticipándose, han colocado a jóvenes en distintos lugares claves. Otros políticos, como viejos sabios, apadrinan jóvenes con ideas nuevas.
La pregunta que nos hacemos, los que ya vemos al decir de Duran Barba, que el método de comprobación de aciertos o errores le está ganando a las ideologías, como algo cierto, es si sabrá entender la clase política poderosa que el recambio es necesario.
Tal vez los jóvenes, promediando la sub 40, sean los que puedan restaurar las fuerzas de una ideología. Tal vez no, y sean los que acentúen que las ideologías no sean un paraguas que oculte errores, si no que con aciertos sepamos llevar adelante una idea, una bandera.
Puede ser una o las dos cosas, pero está claro que hay una nueva generación que emerge y apenas pasa los 30. Hay que apoyarla, para que la Argentina cambie para bien.
San Martín en 1812, con solo 34 años, era nombrado comandante del escuadrón de Granaderos a Caballo, con la tarea de crear un cuerpo idóneo, donde la preparación consistió en una enseñanza prolija y exigente. A los 36 años -1814- fue nombrado Gobernador Intendente de Cuyo. A los 38 años, en 1816, como General en Jefe del Ejército de los Andes, cargo con el que meses después llevaría a cabo la hazaña por la que mas se lo recuerda.
El mismo Manuel Belgrano defendió Buenos Aires de las invasiones inglesas a los 36 y 37 años. Su participación activa en la revolución de mayo, con 39 años, cumpliendo los 40 a pocos días de aquel recordado 25. Y nosotros, los radicales, seguro recordamos a los actos de defensa y la creación misma del radicalismo por un Leandro Niceforo Alem, con menos de 40 años. Un Hipólito Yrigoyen, que a los 26 fue elegido Diputado por la provincia de Buenos Aires. Su participación activa en las distintas revoluciones que demuestran que apenas pasados los 20 años, Don Hipólito empezó a dejar mucho por su país a sus jóvenes años, luchando por lograr un sistema democrático que terminara con el régimen. Dejó su juventud y todo su vigor por el sistema que añoraba y que lo llevara a ser el primer Presidente elegido por el voto popular, aunque fuera recién a los 64 años.
Con estos antecedentes, que no se pueden comparar por la época ni por la calidad y esperanza de vida de aquellos años, dos siglos atrás, pero sí nos puede dejar en claro que los jóvenes pueden, siempre han podido.
Hay una generación sub 40 en la actualidad, en muchos casos destacada a nivel nacional, en otros mas cercanos y también destacados a nivel provincial y regional que viene ganando espacio. No hay impedimento histórico, legal, ni de ningún tipo, para que la nueva generación que se empezó a formar profesionalmente en el nuevo milenio, ocupe lugares destacados e importantes para el futuro de Córdoba y el país. Algunos anticipándose, han colocado a jóvenes en distintos lugares claves. Otros políticos, como viejos sabios, apadrinan jóvenes con ideas nuevas.
La pregunta que nos hacemos, los que ya vemos al decir de Duran Barba, que el método de comprobación de aciertos o errores le está ganando a las ideologías, como algo cierto, es si sabrá entender la clase política poderosa que el recambio es necesario.
Tal vez los jóvenes, promediando la sub 40, sean los que puedan restaurar las fuerzas de una ideología. Tal vez no, y sean los que acentúen que las ideologías no sean un paraguas que oculte errores, si no que con aciertos sepamos llevar adelante una idea, una bandera.
Puede ser una o las dos cosas, pero está claro que hay una nueva generación que emerge y apenas pasa los 30. Hay que apoyarla, para que la Argentina cambie para bien.
Escrito de Mauricio Jaimes, Intendente de La Cruz, Calamuchita, Córdoba
