Si bien los sectores ya venían golpeados por la inequidad social, a la problemática se suman las características de la pandemia. Desde la Comunidad Regional Calamuchita afirmaron estar velando por los que menos tienen.
El turismo no es el único perjudicado de manera directa por esta pandemia, sino también los más vulnerables económicamente hablando. Para ellos que viven el día a día, el no poder trabajar implica no llevar el pan a la mesa; menos que menos afrontar el pago de los servicios. Y si bien tanto desde el Gobierno Nacional como desde el Provincial e incluso desde los municipios y comunas se trata de paliar la compleja situación que se atraviesa, a veces ello no alcanza.
¿Qué pasa entonces con los sectores más vulnerables de Calamuchita en el contexto de la cuarentena? A la pregunta responde el presidente de la Comunidad Regional, Carlos Alesandri. «Nosotros hemos tratado de mantener un equilibrio en cuanto a lo que recibimos desde el Ministerio de Desarrollo Social por ejemplo. Creo que hay algunas cuestiones que se han hecho y que son acertadísimas a nivel de decisiones desde el Gobierno Nacional y Provincial, como es la Tarjeta Alimentar que mensualmente muchísima gente de este departamento la recibe, lo mismo que desde la provincia de Córdoba. También las ayudas de 10 mil pesos para todos aquellos que hacen el trámite ante ANSES. Es decir que hay una cobertura y hay un permanente sostenimiento de los sectores más vulnerables».
Y prosigue: «Si usted me pregunta si alcanza, le digo que no. Porque a nadie le gusta vivir de arriba. A la gente, lo que le gustaría es ganarse la comida con el esfuerzo propio, con el sustento propio. Pero lamentablemente si nosotros permitimos que se abra de golpe la cuarentena, podemos llegar a tener problemas como tienen otros lugares en el país, como lo estamos viendo a diario».
Una vez que pase la pandemia habrá que afrontar la caída económica que la misma ha provocado en cada rincón del mundo. Y quizás una de las salidas esté en generar puestos de trabajo que le permitan a esos sectores más necesitados afrontar sus demandas básicas insatisfechas. Hasta mientras, habrá que pensar en alternativas a las ya existentes, para que la cuarentena no sea sinónimo de más hambre y más pobreza.