Los sueldos van de los 60 mil a los 120 mil pesos para la categoría 1, dependiendo el municipio o comuna. La situación se torna cada vez más insostenible con los ingresos de la coparticipación.
«El sector de los municipales viene padeciendo esta crisis desde hace mucho tiempo», analiza Carlos Kallas, el secretario general del Sindicato de Empleados Municipales de Calamuchita. Y es que luego del 1 a 1 y el Plan de Convertibilidad, los trabajadores han ido perdiendo poder adquisitivo, salvo pocos años excepcionales, frente a la inflación.
En el interior de Córdoba, la cuestión es un poco más compleja. Es que las legislaciones propias de cada uno de los 427 municipios y comunas impide paritarias provinciales para este sector, y las mismas pasan a depender del diálogo y los acuerdos que se logran con cada uno de los intendentes y jefes comunales.
Según datos brindados por Kallas, los salarios para un empleado municipal va de los 60, 70 u 80 mil pesos hasta los 400 mil en distintos puntos de la provincia, marcando una brecha muy amplia. Pero si nos detenemos solamente en Calamuchita, un empleado de planta permanente de la categoría 1, varía entre los 60 y los 120 mil pesos. Es decir que en un municipio como Santa Rosa, donde la situación es un poco mejor que en el resto de la región, el valor más alto es el que le corresponde a alguien que acaba de ingresar a la planta, mientras que la mitad es el sueldo de muchas comunas para exactamente la misma categoría.
A pesar del buen diálogo con las autoridades políticas que mantiene el sindicato, «la situación de los municipales está muy muy crítica», indica el sindicalista, al tiempo que destaca a Santa Rosa de Calamuchita y a Embalse como las municipalidades que han mostrado casos de mejoras respecto al resto de los municipios y comunas de la zona.
Y esto se explica en parte por las responsabilidades de los municipios que son cada vez mayores, y los ingresos menores. La coparticipación ya no se condice con las obligaciones adquiridas por los jefes comunales del interior, y sumado a ello, los datos del último censo aún no actualizan la población real, lo que lleva a que se perciban montos por una cantidad de población muy inferior a la que realmente vive en cada pueblo y ciudad de la región.
En el medio, los empleados municipales con sueldos de miseria y las demandas al sindicato que se vienen incrementando notablemente a medida que avanza el tiempo y crece la inflación.