Sin dudas el Partido Justicialista ha sido el más golpeado en este último tiempo, comenzando con internas propias de las construcciones colectivas desde antes de 2015 y terminando de eclosionar luego de la asunción de Macri a la presidencia. Con autocríticas, enfrentamientos y disputas territoriales, diversidad de miradas y acciones frente a las políticas instaladas en esta nueva etapa de la Argentina neoliberal, el peronismo se ha propuesto empezar a conversar un poco más en profundidad. Busca volver a generar la unidad que tanto necesita si pretende volver a gobernar el país.
En esto, los gobernadores, diputados, referentes y líderes, deberán volver a las bases y escuchar lo que piden las mayorías. Y en tal sentido hay una realidad. ¿Qué pasa con Cristina? La ex presidente y actual Senadora Nacional ha demostrado nuevamente su supremacía en el liderazgo del peronismo. Sólo su figura y el acompañamiento fiel del campo nacional y popular tiene un tercio de la población como base, cuestión que no alcanza para ganar pero hace casi indiscutible la necesidad de su participación en una contienda electoral. “Con ella no alcanza, pero sin ella no se puede”, es la frase que se ha comenzado a instalar a partir del “Encuentro por la Unidad”, llevado a cabo la semana pasada.
Del mismo participaron massistas, kirchneristas y randazzistas, espacio que inició el debate en cuanto a los “desafíos en el fortalecimiento del campo popular”. Se dio en Buenos Aires, en la Universidad Metropolitana por la Educación y el Trabajo, y ahora la idea es salir a recorrer el interior del país con la propuesta.
Según trascendió, Córdoba, Entre Ríos y Mendoza podrían ser las primeras provincias en proponer esta cuestión, propiciando el debate a un año de las elecciones presidenciales. Los tiempos apremian y en el tablero político ya se comenzaron a mover las fichas.

