A poco de cumplirse el quinto aniversario de la muerte del fiscal de la nación, Alberto Nisman, Netflix estrenó un documental sobre los acontecimientos que rodearon al caso. Las polémicas y la grieta se reavivaron entre los que dicen que lo mataron y los que piensan que se suicidó. Lo cierto es que se dio lugar a que todos los involucrados hablaran y dieran sus versiones, luego, cada uno sacará sus propias conclusiones.
El primero de enero se estrenó en Netflix la miniserie documental sobre la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, dirigida por el británico Justin Webster. El arduo trabajo le llevó cuatro años y más de mil horas de archivos y grabaciones. “El trabajo más difícil de mi vida”, dijo en el Festival de San Sebastián.
La serie cuenta con seis capítulos de una hora cada uno donde se cuentan los acontecimientos que rodearon la muerte del fiscal, mostrado fuertes imágenes del baño con el cuerpo dentro, sobre un charco de sangre seca. Se puede ver todo el departamento de la víctima y de que manera trabajó la fiscal y todo el equipo técnico.
Además, tiene entrevistas realizadas a todas las personas involucradas, de alguna u otra manera. Viviana Fein, fiscal a cargo; Oscar Parrilli, exsecretario de inteligencia; Antonio Stiuso, exespía de la SIDE; Diego Lagomarsino, colaborador y sospechoso; entre otros.
También muestran las imágenes del atentado a la sede de la AMIA y el juicio que llevó adelante, como fiscal, Alberto Nisman. De ese juicio se acusó formalmente, al gobierno de Irán de aquel entonces, de planificar el atentado y al partido Hezbolá del Líbano, de ejecutarlo.
Se puede ver también cuando gendarmería se involucra en la investigación, tirando por tierra el trabajo de la fiscal y los técnicos que estuvieron el día de la muerte, desacreditando el trabajo de todo un equipo de investigación.
Los interrogantes
El despliegue documental es magistral, con una mirada totalmente imparcial, que solo busca el esclarecimiento del caso, no se posiciona en ningún lado de la grieta, las conclusiones las saca el espectador, pero los interrogantes siguen siendo muchos.
¿Nisman se suicidó o lo mataron?
Si se suicidó ¿Por qué lo hizo, cual fue su móvil? ¿Estuvo bajo mucha presión? ¿Se sintió desbordado? ¿Fue presionado para hacerlo? ¿Su denuncia era contundente?
Si lo mataron ¿Quién lo mató? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Quiénes estuvieron involucrados? ¿Lagomarsino estuvo atrás de todo? ¿Fue el gobierno de Cristina Kirchner quien dio la orden? ¿Con qué fin? O ¿Fueron los servicios de inteligencia? ¿O fue el gobierno iraní? ¿O fue la oposición?
Lo cierto es que no hay ninguna prueba de asesinato, y en cinco años nadie logró demostrar o aportar datos para poder hablar de que lo mataron. Sin embargo, las pruebas de suicidio fueron aportadas a pocas horas de su muerte.