Más de 100 presos, hombres y mujeres, confeccionan y fabrican los productos para enfrentar al coronavirus. Hasta ahora se han entregado 14.600 barbijos, 310 kits de bioseguridad y 90 mamelucos.
Con la llegada del COVID-19 a la Argentina, múltiples actores han sumado su granito de arena (y lo siguen haciendo) para contribuir en la lucha contra este enemigo invisible. Dentro de ellos se encuentran los presidiarios de las cárceles de Córdoba, que confeccionan y fabrican diariamente una gran cantidad de barbijos, sábanas, frazadas, mamelucos y kits de bioseguridad.
«Estamos muy contentos por esta acción que se está llevando adelante en distintos establecimientos penitenciarios (…). De esta manera, los internos han ofrecido su esfuerzo, su trabajo a través de los distintos talleres para confeccionar barbijos», relató el ministro de Justicia y Derechos Humanos de Córdoba, Julián López.
A ello hay que sumarle las sábanas y frazadas que se están cosiendo, adelantándose a la época más fría del año, y la realización de ambos y kits de bioseguridad para utilización del Servicio Penitenciario y trabajadores de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SeNAF).
Según el Gobierno Provincial, comenzaron a trabajar 110 internos entre hombres y mujeres y utilizan las 65 máquinas de coser. «Hasta ahora se han entregado 14.600 barbijos, 310 kits de bioseguridad y 90 mamelucos. El proceso de confección comienza con la elaboración de los moldes que son realizados por costureros y costureras con oficio y luego antes de montarlos sobre la tela, son supervisados por el equipo médico, quien supervisa que cumplan con las exigencias dispuestas por el CEO», detallaron.
Dentro de los establecimientos penitenciarios que participan, pueden contarse el de Bower, Montecristo, San Francisco, Villa Dolores, Cruz del Eje y Río Cuarto.