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La pérdida de la biodiversidad afecta las economías

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Un modelo econométrico permite analizar y cuantificar estos shocks junto con las políticas más adecuadas para resolver esta problemática.

El capital natural con el que las sociedades cuentan para su desarrollo económico “suele ser gratuito”, señala el científico Dale Manning (EE.UU.). En este sentido, la pérdida de la biodiversidad pocas veces es observada desde su valor económico y aporte a la producción.

Si se analiza cuánto ofrecen los servicios ecosistémicos al desarrollo productivo, es posible comprender que los impactos en la naturaleza no sólo son un problema ambiental sino que tienen también participación y costos en la economía productiva inmediata.

Medir estos impactos con modelos econométricos puede facilitar la toma de decisiones en materia de política ambiental y también de desarrollo económico. Sobre esta temática el científico disertó en el CEPROCOR con la conferencia “Análisis de políticas y shocks naturales en el sector agropecuario”.

Este tipo de trabajos científicos de carácter interdisciplinario intenta vincular las decisiones y el valor económico con modelos y datos de sistemas físicos, por ejemplo: un modelo del agua subterránea (MODFLOW); el crecimiento de productos agrícolas con el riego (AQUACROP, DSSAT); las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción agrícola (DayCENT).

De esta forma, se evalúan y diseñan políticas en los sectores que dependen de recursos naturales, principalmente la agricultura. Ejemplos de ello son políticas de conservación de agua o la acumulación de carbono en el suelo y la reducción de emisiones de óxido nitroso (N2O).

“Entender los impactos del cambio medioambiental, diseñar políticas para mejorar el uso de los recursos y facilitar la adaptación a los cambios (probablemente) inevitables”, son algunos de los objetivos que el científico se propone con su trabajo de investigación.

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