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Una fiesta para todes

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Música remixada. Cuartetos que marcaron y siguen marcando la historia. Cumbias con las que bailamos todes. Humo de colores. Piernas peludas en zapatos con tacos altos. Pelos de colores. Cuerpos cubiertos de brillos. Labios pintados sin distinción de sexo. Marcha peronista y la imagen de Evita besándose con Cristina como un desafío al patriarcado. Vino tetra abierto con los dientes y botellas de cerveza yendo de mano en mano. Personas que nacieron determinados por la sociedad como hombres y que luchan por ser mujeres. Personas que nacieron marcadas por esa misma sociedad como mujeres y que pelean a diario por ser hombres. Banderas de la diversidad. Gritos por los compañer@s muert@s a manos de golpeadores. Pedidos por el cupo laboral trans, la nueva ley de VIH, la igualdad ante todos como el ser que se reconocen. Fiesta en los camiones que transitaban la calle y mucho más jolgorio en las calles. Vecinos, comerciantes, transeúntes que se detienen a levantar sus dedos en V, que aplauden, que sacan fotos y se prenden a bailar con quienes marchan porque entienden su lucha. «Machos pechos peludos» que dan una batalla constante contra sus privilegios. «Princesas de cuentos de hadas» que alzan su voz contra la opresión. Senos desnudos. Besos que sellan el amor. Efectivos policiales acompañando el transitar. Padres y madres que les enseñan a sus hijos ante el pasar de esa multitud que el amor es entre personas y no entre sexos. Niñ@s aprendiendo que la diversidad es parte de la realidad y que no debe ocultarse más por vergüenza. Jubilad@s que al pasar mueven las caderas por los ritmos contagiosos que tiran los altoparlantes y otr@s que se espantan ante tanto pedido de igualdad junta.

Esa es la Marcha del Orgullo Disidente, un momento que se da una sola vez al año y que es necesario acompañar si de verdad creemos que hay que darle fin a la discriminación por las realidades sentimentales y sexuales de cada persona. Por supuesto que el combate se da todos los días para transformar la realidad. Pero las fiestas suelen provocar mayor adhesión y siempre militar desde la alegría es más fácil que vociferar desde el odio. Sin que se convierta en una frase trillada sino más bien con el objetivo de que se afiance como forma de vivir, hay que entender que el Amor vence al Odio. Y eso es lo que intenta demostrar cada marcha que se hace con el alma, buscando siempre un mundo mejor para todes.

 

Imágenes tomadas del facebook Colectivo Manifiesto

 

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