Unas cuantas palabras del hermano de Santiago confirmando que el cuerpo encontrado se trataba de Maldonado y una catarata de agua a punto de desbordarse por el filo de los ojos. Después, ese nudo que no permite ni el paso del agua por la garganta y esa sensación de pérdida cada vez que se va alguien que queremos.
Esa mezcla de dolor se tiñe de odio, de bronca, de impotencia al recordar todo lo que se dijo sobre un argentino que había desaparecido. Aún tengo la imagen en las pupilas de los grandes medios tergiversando la realidad cuando le daban entidad a un camionero que supuestamente había llevado a Santiago. O la de Bullrich sentada en la mesa de Mirtha, diciendo lo mucho que se hacía desde el Gobierno Nacional mientras la familia les pedía por favor algún dato sobre el paradero de su hijo. Ni hablar de las justificaciones que hizo para encubrir a la Gendarmería, única apuntada en este caso que depende directamente de su Secretaría de Seguridad Nacional.
No olvidaré las tapas de Clarín y La Nación defendiendo al Gobierno Nacional y demonizando la figura de los mapuches, burlándose de la lucha de ellos contra el Colón del Siglo XXI, un empresario llamado Benetton que viene de Europa a robarles sus tierras. Guardaré siempre en la memoria a Elisa Carrió comparando el cuerpo de Maldonado con el de Walt Disney, en un comentario no desafortunado, sino burlista en un momento de tanto dolor para miles de argentinos.
Y ahora, ¿qué vas a decir después de desacreditar a los que pedíamos verdad y justicia?
Y ahora, ¿qué vas a decir, militante de las redes sociales que compartiste videos graciosos sobre un desaparecido sin ponerte en el lugar de ese ser humano porque jamás entendiste que la Patria es el Otro?
Y ahora, ¿qué vas a decir vos, que llegas a justificar una muerte, mientras los domingos te golpeas el pecho en una Iglesia y te encomendas a Dios cada vez que lo necesitas?
Y ahora, ¿qué vas a decir después de que trataste de hippie mugroso a un hermano que fue víctima de una desaparición forzada?
No pienses tanto…yo sé qué vas a hacer. Vas a seguir argumentando desde tu “sentido común” una tragedia que nos pesa a todos los que tenemos un poco de amor por el otro. Vas a continuar escuchando lo que te dicen sin preguntarte nada, y hasta van a culpabilizar a los mapuches o a los opositores de esta realidad, y vos les vas a dar la razón. Vas a seguir pensando que eso le pasa por “quilombero” mientras nosotros invocamos a todas las fuerzas de la naturaleza para que nunca te toque estar en la calle protestando por nada, porque en los tiempos que vivimos corres el riesgo de que te suceda algo similar a lo de Santiago.
Vos sos el mejor aprendiz de odiador serial que han conseguido los grandes medios, que a su vez responden a los intereses de empresarios y multinacionales. Sos el resultado perfecto de ese experimento que buscó a lo largo de la historia que te pongas inclusive en contra tuyo sin que te des cuenta.
Pero no te preocupes, del otro lado siempre estaremos nosotros, defendiendo tus derechos y velando para que vivas todos los días un poquito mejor.
