Síguenos en nuestras redes:

Comunicado frente a un hecho de violencia de género que se dio el pasado fin de semana en Santa Rosa

|

“A Propósito del periodismo aliado del patriarcado”

“El domingo 16 de febrero amanecimos con una noticia horrible y triste: violaron a una de nosotras, durante la madrugada, cuatro varones cobardes, sanos hijos del patriarcado.

Esa era la información que teníamos y que circulaba por las redes sociales, producto de declaraciones policiales en algunos medios locales.

Con el paso de las horas, comenzó un ping pong mediático basado en la urgencia por dar la primicia. La información primera se fue transformando en “otra versión de los hechos” igualmente fundamentada con datos “certeros” tal cual había sucedido horas antes.

Pasamos de la denuncia de una violación grupal -con dos de los cuatro partícipes detenidos- a una pelea “de índole privada” y a una denuncia falsa y nunca supimos qué rol tuvieron los “cuatro hombres” mencionados.

La última primicia concluyó triunfal que, luego de un día entero de declaraciones policiales, la mujer fue imputada por falso testimonio.

Nosotras, al igual que muchas otras mujeres de la localidad y zona, nos sentimos conmocionadas, movilizadas y también desconcertadas frente a la circulación de la información.

Asistimos a un show de datos falsos, en el que algunos periodistas pretendieron ser los portadores de la verdad.

Experimentamos el uso de las redes sociales para fomentar la desinformación, los comentarios mal intencionados, profundizar la violencia de género, el odio infundado y adelantar la condena social.

Sentimos que el regocijo mediático nada aportó a la reflexión seria que la violencia contra las mujeres merece. Porque en el caos de las primicias no podemos dejar de ver que hubo un hecho violento: una golpiza de un hombre a una mujer; y ese mismo agresor, su pareja, detenido al ser delatado por las cámaras del lugar.

Frente al tratamiento mediático del hecho, desde Mujeres Organizadas Santa Rosa de Calamuchita decimos:

A los medios de comunicación: informar sobre estos hechos requiere ser cuidadosos en las formas y el lenguaje. No se trata del minuto a minuto de un partido de fútbol, ni de buscar el morbo en detalles que no aportan a la reflexión sobre la profunda violencia social en la que se enmarcan los abusos sexuales y las agresiones hacia las mujeres e identidades disidentes.

Hoy, a la luz de los cambios sociales producidos en materia de género, es necesario asumir con responsabilidad y profesionalismo la tarea de informar sin exponer ni revictimizar a las víctimas. Urge formarse en el tratamiento de las problemáticas sociales, culturales, políticas e históricas que se confrontan desde los movimientos de mujeres con una mirada crítica que rompa con los estereotipos machistas que por años han dominado los titulares de las noticias.

La ley 25.485 de Protección Integral de las Mujeres establece en el artículo 5 que una de las formas de violencia es la simbólica: aquella que, a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.

A la comunidad: una noticia sobre un hecho tan doloroso y terrible nos confronta con una vivencia de violencia extrema que nos lleva a buscar respuestas inmediatas sobre culpas y responsabilidades. Cuando la información está tergiversada, no sólo se opaca un hecho, sino que también se vulnera nuestro derecho a conocer qué pasó y en qué circunstancias. Es este caso, los datos iniciales erróneos nos sumieron en el estupor y el posterior desarrollo de la noticia sirvió para alentar la idea de que las mujeres somos poco creíbles a la hora de denunciar un hecho que atente contra nuestra integridad. De la misma manera, se invisibilizó la golpiza en la vía pública y el protagonismo del varón agresor, reduciéndolo a un hecho de instancia privada, que deja nuevamente a la mujer como un caso aislado sin tomar en cuenta el contexto de violencia en el que vive. De hecho, son estas algunas de las razones que hacen que las denuncias por violencia de género sean menores al número real de casos.

Desde nuestro aporte al debate y la reflexión, compartimos el artículo 4 de la ley 25.485 de Protección Integral de las Mujeres que entiende por violencia contra las mujeres “toda conducta, acción u omisión, que, de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal”. No queremos dejar pasar el tratamiento mediático del hecho, porque sentimos que a cualquiera de nosotras nos puede pasar ser expuestas y juzgadas por la opinión pública en el afán de dar una primicia sin medir el impacto y las consecuencias. Sentimos que un hecho complejo, aún bajo investigación, no puede ser tratado livianamente como un dato más de la realidad. Sentimos que no queremos naturalizar que un hecho de violencia de género por ser de índole privada, no refleja el permiso del que gozan los varones, acá y en todo el mundo, para usar y abusar de nuestros cuerpos, para disciplinarnos, para obtener y ejercer poder sobre nosotras, para seguir legitimando su masculinidad”.

Comunicado de Mujeres Organizadas Santa Rosa de Calamuchita y la Red de Mujeres del Valle de Calamuchita

Compartime en:

Deja un comentario