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Educación Sexual Integral: ¿a qué se oponen?

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OPINIÓN- Los avances en materia de temáticas que comenzaron a debatirse en el seno de la sociedad tiempo atrás, no parecen tal cuando las noticias respecto a grupos que se oponen a la Educación Sexual Integral (por ejemplo) se vuelven notas de tapa en los medios de comunicación. Las batallas culturales que se han librado hace más de una década han generado cambios revolucionarios en una sociedad tan conservadora, que esa lucha entre lo revolucionario y lo evolutivo, siempre se enfrenta a lo teológico y lo estático.
Las estructuras sostenidas por el sistema fracasaron hace tanto…aunque haya muchos que todavía pretenden seguir con las lógicas que nos llevaron a tantas problemáticas que hoy padecemos. Y es tan necia la mirada, que siempre se ataca a un sector con la típica frase “la juventud está perdida”. ¿Perdón? Somos sus hijos, y si no seguimos el modelo que nos profesaron es porque hemos mamado desde niños la hipocresía de una realidad inexistente.
Las estructuras familiares ya no son las mismas, las libertades sexuales por fin tomaron la decisión de vivirse sin importar qué opina el resto, las feministas se cansaron de los maltratos y plantaron bandera en sus luchas, yendo a fondo contra la estructura heteropatriarcal que tan cómodo le sienta al “machirulo”. La violencia empezó a ser llamada por su nombre, y dejó de ser el “correctivo” que tantos adultos contaban a sus pares en los encuentros familiares. Las formas frías y calculadoras se reemplazaron por los sentimientos a flor de piel y las demostraciones de afecto, que en una época estaban prácticamente prohibidas. De pronto, los hombres pudieron llorar sin ser “maricones” y las mujeres pudieron alzar su voz.
En medio de ello, hoy, y aunque parezca extraño, se vuelve a poner en debate la Educación Sexual Integral, pero no para proponer algo superador, sino porque ese conservadurismo representado por algunos sectores de la sociedad tienen esa misión, la de oponerse. Son los mismos que se opusieron al voto universal y obligatorio, los mismos que se opusieron al voto femenino. Son los que luego se opusieron al derecho de los trabajadores, a las libertades de pensamiento en la dictadura, a la toma de decisiones soberanas sin la dependencia económica y cultural norteamericanas. Son los que se opusieron a la Ley de Divorcio, a la equidad entre los que más y menos tienen en este país, a los que estuvieron en contra de la Ley de Matrimonio Igualitario, la Despenalización del Aborto y la propuesta de separación de la Iglesia del Estado.
No todos, por supuesto, pero en su gran mayoría, el núcleo es siempre el mismo. Y hoy, alentados por aires de retroceso no sólo en Argentina sino en todo el continente, se envalentonan para destruir cada una de esas conquistas.
Volviendo al principio, los grupos que surgen en contra de la Educación Sexual Integral vuelven a cobrar protagonismo. Pero la pregunta es, ¿a qué se oponen?,
¿Se oponen a que un docente los pueda educar contra el maltrato y el abuso, diferenciando lo que es una caricia de un ultraje contra el cuerpo?, ¿Se oponen a que una niña entienda cuando un padrastro la viola?, ¿Se oponen a que un niño sepa que un miembro de la Iglesia ejerce pederastía o pedofilia cuando abusa de un menor?, ¿Se oponen a que los jóvenes sepan cuidarse de las enfermedades de transmisión sexual y se reduzcan los embarazos adolescentes no deseados, en una comunidad que tiene su primera relación sexual cada vez más prematuramente? Porque todo lo que aquí se expresa, sucede; pero en lugar de responsabilizarnos de que pasa, la mejor opción para un grupo es siempre negar y oponerse.
La Ley de Educación Sexual Integral, número 26.150 se sancionó en el año 2006, y desde entonces el Ministerio de Educación de la Nación (hoy bajado de rango por el actual Gobierno Nacional), viene accionando para su implementación a lo largo y ancho del país. La profundización de tal trabajo se vio a partir del 2009, donde todo lo que venía ejecutándose se complementó con la elaboración de materiales educativos, la posibilidad de acceder a cursos virtuales, la implementación de acciones gubernamentales como el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia.
Además, se especificó sobre qué temas y con qué nivel de profundidad irlos tratando de acuerdo a las edades de los estudiantes, dependiendo si éstos eran niños o jóvenes. Entonces, vale preguntar nuevamente: ¿A qué se oponen?

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