Las elecciones del vecino país se llevarán a cabo el próximo 20 de octubre. A pesar de la supremacía del actual Presidente, las encuestadoras vaticinan una segunda vuelta.
En un contexto similar al de Argentina del 2015, Evo Morales se enfrenta a las mismas estrategias de construcción de sentido empleadas en todo el continente para destruir a los gobiernos populares. Un feroz ataque mediático o “periodismo de guerra”, denuncias de corrupción, y el mensaje de “alternancia en la política” son los caballitos de batalla de una oposición que construye su poderío desde esas herramientas.
A ello se enfrenta el candidato del MAS (Movimiento al Socialismo), quien en primera vuelta obtendría entre el 35 y el 37 por ciento de los votos, según la encuestadora que mida la intención de sufragio. En segundo lugar, y casi polarizando la elección se encuentra Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, quien rondaría entre el 25 y el 27 por ciento, es decir, diez puntos por debajo. En tanto, en tercer lugar se ubicaría la fuerza Bolivia Dice No, encabezada por Oscar Ortiz, con el 9 a 10 por ciento del electorado.
Desde el oficialismo son optimistas al expresar que alcanzarán el 40 por ciento necesario para ganar en primera vuelta, obteniendo además más de 10 puntos por encina del segundo.
Aún restan tres meses para el desenlace donde los bolivianos no sólo elegirán al Presidente y Vicepresidente, sino también a 130 diputados de la Cámara y 36 senadores.
