Con esas palabras, el presidente Alberto Fernández, recordó la salida de la histórica deuda. A partir de allí, comenzaría un periodo de independencia económica en la toma de decisiones de la Argentina.
Las recetas del Fondo Monetario Internacional fracasaron sistemáticamente en todo el continente durante fines de la década de los 90 y principios de siglo. En Argentina, el estallido del 2001 fue por la inestabilidad económica y el exponencial crecimiento de la pobreza e indigencia, luego de haber seguido los pasos que el ente internacional había aconsejado.
Un par de años después, y bajo la presidencia de Néstor Kirchner, fue posible pagarla y comenzar a tomar decisiones económicas ligadas a los intereses nacionales y regionales, sin depender de las órdenes del FMI.
Hoy, a poco más de una década, el país vuelve a estar endeudado por decisión del gobierno encabezado por Mauricio Macri. Éste y otros más son los principales desafíos del actual mandatario Alberto Fernández, quien manifestó en su primer discurso presidencial que primero la Argentina necesita crecer para después poder pagar, priorizando a los argentinos.
Hace instantes, a través de sus redes sociales, recordó el épico momento en el que acompañó a Néstor Kirchner en su rol de Jefe de Gabinete.
