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Salió la Reforma Previsional a fuerza de “chequera y balazos de goma”

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La frase utilizada por el Diputado Nacional Leonardo Grosso sintetiza la forma en que se aprobó el ajuste brutal a los jubilados más grande de los últimos años. De más está explicar que la fórmula para medir los haberes en jubilaciones, asignaciones y pensiones cambia totalmente, e implica un recorte que le ahorra al Gobierno Nacional 100 mil millones de pesos. El único argumento: resolver el déficit fiscal.
Extraño que siempre se busquen las soluciones a la economía nacional ahorcando a los sectores más vulnerables. Hoy lo hicieron con los jubilados y ahora vienen por los trabajadores, con la Reforma Laboral. Mientras, al campo le sacaron las retenciones, a los autos de alta gama le reducen los impuestos, a las mineras (que vienen desde el extranjero a explotar nuestros recursos naturales) dejaron de cobrárseles impuestos. Y ni hablar de los 70 mil millones de pesos que el Presidente le perdonó a su padre meses atrás de la deuda que mantenía con el Correo Argentino. Extraño y no tan extraño en realidad, porque la derecha en este país siempre ajustó al que menos tiene y le otorgó todos los beneficios que más pudo al que más posee, ampliando abismalmente la brecha entre ricos y pobres. Esa es la verdadera grieta.
A más allá de eso hubo varios momentos a destacar ayer y si bien no se justifican los accionares violentos de ambas partes (el de los manifestantes y tampoco el de las fuerzas de seguridad), el pueblo argentino se estaba expresando. Y no sólo lo hizo con palos y piedras durante horas mientras del otro lado le respondían con gases lacrimógenos y balas de goma; también se expresó con cacerolas por la noche en las plazas de todo el país. En un hecho sorpresivo y contundente, que absolutamente nadie esperaba, el pueblo volvió a salir a la calle para ser escuchado y lejos de eso, los oficialistas con apoyo de algunos diputados de otros partidos políticos, aprobaron igualmente el saqueo a los jubilados.
Son 17 millones de argentinos que se ven perjudicados directamente por esta medida. Y lo son aún más si entendemos que la economía impacta de lleno en toda la sociedad. En lugar de pensar que vale la pena estar vivo, el 24 y el 31 seguramente millones levantarán la copa y en sus rostros de angustia imaginarán cómo hacer el año que viene para seguir afrontando los tarifazos, la falta de cobertura médica, cómo pagar los medicamentos que aumentaron un 110 por ciento en estos últimos dos años y encima, tener que echarle algo al estómago todos los días para seguir viviendo.
Del otro lado, un gobierno nacional que eligió a nuestros abuelos para ajustar, que apretó a los gobernadores para que 23 de ellos firmen un pacto fiscal y manden a votar una vergonzosa reforma, y 128 diputados nacionales que argumentaron o sólo levantaron la mano sin pensar en los más vulnerables.
Un solo gobernador, Saá de San Luis, no se plegó al pacto. Hubo 116 diputados nacionales que no le dieron la espalda al pueblo que se manifestaba en contra y todo un país marcando la antipopularidad de esta medida. A pesar de ello, a chequera y balazos de goma, hoy quedó aprobada la Reforma Previsional.

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